El proyecto de La Central del Circ nace, en el 2008, de la confluencia de tres voluntades:
Desde sus inicios, la Associació de Professionals del Circ de Catalunya (APCC), puso en evidencia la necesidad de generar espacios donde poder entrenar, ensayar, crear y formarse en las condiciones necesarias: alturas, material técnico y de seguridad y personal con los conocimientos adecuados para poder acompañar su trabajo.
En esos momentos, el Institut de Cultura de Barcelona puso en marcha la red de Fàbriques de Creació como estrategia para dar respuesta a la falta de espacios de trabajo para artistas y creadores/as. En el 2007 La Central entró a formar parte de la red, haciendo evidente la voluntad por parte del Ayuntamiento de Barcelona de reconocer el circo como una de las artes estratégicas de la ciudad.
Al mismo tiempo, el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya de los últimos años ha establecido un compromiso con el sector del circo poniendo en marcha el Pla Integral de Circ, para paliar el olvido institucional en relación a esta arte escénica. A través del Pla Integral de Circ el Departament ha dotado a La Central del Circ de un marco estable (convenio) para que continúe ofreciendo recursos a los/las creadores/as durante los procesos de creación y producción de los espectáculos: espacios, material, técnicos, acompañamiento, viveros de gestión, recursos económicos, etc.
Nacida en 2008, La Central del Circ inició su trayectoria en una carpa y en 2011 se trasladó a las instalaciones actuales. En este tiempo, ha vivido un proceso de crecimiento mantenido, aumentando continuamente el número de artistas y de público que se benefician de los servicios que ofrece y constituyéndose como un referente del sector, tanto a nivel local como internacional, siendo uno de los pocos espacios de Europa con las condiciones adecuadas para la práctica de casi todas las disciplinas circenses.