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Damos comienzo a la celebración de la 2a década de La Central con instalación mural ‘Paper Mullat’

La Central
2022

Este viernes, 25 de noviembre, inauguramos la instalación mural ‘Paper Mullat’, que recrea la historia de La Central del Circ en el Fórum y se podrá visitar durante los próximos meses en el equipamiento. La intervención dará comienzo a la celebración de la 2a década de La Central que se alargará hasta el marzo de 2023 y incluirá diferentes actividades.

Sobre ‘Paper Mullat’

Texto de Marissa Paituví

Paper Mullat es una intervención mural en negro sobre blanco. Un collage, un recorte de noticias y hechos, una propuesta inspirada en el naufragio de las políticas sociales y en las luchas colectivas que hicieron posible la fundación de La Central del Circ. Una forma de recordar y recrear la historia. Un cuestionamiento a los usos de la cultura como factor de higienización y invisibilización de lo que fue el Campo de la Bota. Una mirada al circo que se atisba desde los castillos de viento construidos en otros días.

Dice Donna Haraway que situar es poner en evidencia el lugar des del cual se parte. Paper Mullat quiere contribuir a hacer emerger los sedimentos que, capa sobre capa, se acumulan en los más de diez años de La Central del Circ. Por un lado, para dragar las historias del Campo de la Bota, el barrio de asentamientos informales enterrado bajo el Parque del Fórum. Por otro lado, para reivindicar las luchas colectivas que estimulan y reclaman un espacio para la práctica y la creación de circo. Las dos historias convergen en las políticas culturales que produjeron una Marca Barcelona que aún hoy vende su aire y su suelo a capitales globales poco interesadas en el bienestar de sus habitantes.

El alba y el ocaso del Campo de la Bota están ligados a la internacionalización de Barcelona. Fue un evento cultural, la Exposición Universal de Barcelona de 1888, lo que hizo crecer el pequeño barrio de pescadores que había entre la antigua vía de tren de la costa y la playa. Y fue el Fórum Universal de las Culturas del 2004 el que borró cualquier rastro. La Cultura – con mayúscula refiriéndonos a la oficial- ha tenido una clara influencia en la configuración de esta zona de arena y marismas del delta del Besós.

La Cultura también ha constituido una forma sutil de control social al lado de métodos más rotundos de los cuales el Castillo de las Cuatro Torres es un claro ejemplo. Construido el 1850 en el Campo de la Bota, servía como polvorín y para contener los movimientos obreros, muy activos en el Poblenou durante la revolución industrial. El otro gran símbolo de la represión fue el Parapeto del Campo de la Bota donde, del 1939 al 1952, fueron fusilados en el amanecer más de 1.700 personas, la mitad ejecutadas por el Franquismo en Cataluña.

A lo largo de los años, diferentes movimientos sociales y artísticos han querido resistir a las políticas que limitan la vida y la organizan para servir a unos intereses extractivistas que poco o ningún beneficio dejan a las poblaciones que sufren las consecuencias. Alrededor de 2004 un grupo de artistas de circo ocuparon unas naves industriales en el Poblenou. Conocida como La Makabra, artistas y activistas conviven y luchan contra la especulación inmobiliaria con formas de habitar el espacio muy similares a las de las familias que poblaron el Campo de la Bota. El espacio autogestionado constituía un foco neurálgico del circo en la ciudad, tanto por el entrenamiento y la creación, como por la hibridación y la exhibición. Afectada por el plan urbanístico 22@, La Makabra fue desalojada. Las movilizaciones contra el desalojamiento fueron muy seguidas y crecieron con la ocupación, al lado del vecindario organizado, de Can Ricart.

Paralelamente, las obras para el Fórum de las Culturas 2004 estaban modificando el litoral barcelonés. Las obras y el evento crearon mucha controversia y protestas. El plan urbanístico de remodelación del Parque del Fórum sirvió para limpiar e invisibilizar aquellas formas de vivir que manchaban la imagen de la Marca Barcelona y su proyección internacional. Para mostrar el rechazo a estas políticas culturales y sociales, se organizó un asalto masivo por tierra, mar y aire el día de la inauguración. De nuevo, el arte y el activismo interrumpieron el discurso oficial sobre la ciudad.

Una de las críticas principales a las obras del Fórum era la manca de visión a futuro de las instalaciones y la falta de justificación del gasto. Cuando los y las profesionales del circo, ya organizadas en la Asociación de Profesionales del Circo de Cataluña, y los y las artistas vinculadas a La Makabra y las posteriores ocupaciones, hicieron presión reclamando el reconocimiento del circo como un arte y un espacio para desarrollarlo, el enorme agujero abierto bajo la Placa Fotovoltaica se llenó de sentido. Un espacio lleno de promesas y posibilidades que se unía a las Fábricas de Creación de Barcelona y que inició su camino izando una carpa.

El pacto con la cultura oficial fue un triunfo para el Circo que ganó un espacio para la práctica y la creación, un ejemplo de equipamiento bien dotado y reconocido internacionalmente. El pacto fue a la vez una ganancia y una pérdida que dejó un sabor agridulce y una sensación de traición entre lo que se esperaba y lo que fue. Un apretón de manos que pacificó algunas de las demandas, otras, como el espacio fijo de exhibición, cayeron en papel mojado. El acuerdo también instituyó la entrada en la red de Fábricas de Creación, hecho que ha condicionado las nuevas maneras de crear y hacer circuito en el campo del arte.

A pesar de su nombre, La Central del Circ, está situada en un espacio periférico, oculto a los no iniciados y poco poroso al contexto. En tierra de nadie, en un enclavamiento entre Barcelona, Sant Adrià del Besós y el Puerto. Quizás el lugar menos estratégico para una Marca renovada que habla de nuevas centralidades y que deposita en los equipamientos culturales altas expectativas de revitalización y transformación de problemáticas sociales difíciles de revertir solo des del arte y la buena voluntad.

Con todo, Paper Mullat quiere contribuir a actualizar las historias invisibilizadas o poco reconocidas y que de alguna manera aún resuenan a través de la memoria de los que vivieron en el Campo de la Bota, asaltaron el Fórum, habitaron La Makabra o alzaron la carpa de La Central del Circ. También es una invitación a preguntarnos sobre la relación entre el arte y la sociedad, sobre el impacto que tienen las políticas culturales en la configuración de un territorio para hacernos tomar posición, situarnos, delante de promesas y pactos que nos afectan como profesionales del circo y la cultura, pero sobre todo, como ciudadanos/nas.

Idea e investigación: Marissa Paituví
Arte: Jimmie Dyangani
Producción: Santiago Ponce

Malgrat el seu nom, La Central del Circ, està situada en un espai perifèric, ocult als no iniciats i poc porós al context. En terra de ningú, en un enclavament entre Barcelona, Sant Adrià del Besòs i el Port. Potser el lloc menys estratègic per una Marca renovada que parla de noves centralitats i que diposita en els equipaments culturals altes expectatives de revitalització i transformació de problemàtiques socials difícils de revertir només des de l’art i la bona voluntat.

Amb tot, Paper Mullat vol contribuir a actualitzar les  històries invisibilitzades o poc reconegudes i que d’alguna forma encara ressonen a través de la memòria dels qui van viure al Camp de la Bota, van assaltar el Fòrum, van habitar La Makabra o van hissar la carpa de La Central del Circ. També és una invitació a preguntar-nos sobre la relació entre l’art i la societat, sobre l’impacte que tenen les polítiques culturals en la configuració d’un territori per fer-nos prendre posició, situar-nos, davant de promeses i pactes que ens afecten com a professionals del circ i la cultura, però sobretot, com a ciutadans/es.

 

Idea i recerca: Marissa Paituví
Art: Jimmie Dyangani
Producció: Santiago Ponce

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